No corren buenos tiempos para Rafael Gómez, alias Sandokán, el conocido constructor malayo. Si hace unos días el empresario era noticia porque su partido político (Unión Cordobesa) saltaba por los aires en Córdoba ahora, cuando la sentencia del caso Malaya, a punto de conocerse, le produce constantes quebraderos de cabeza, un juez le ha condenado a entregar una vivienda a una pareja de británicos.
Resulta que el apartamento fue rifado en 2006 por su empresa Arenal 2000. Sin embargo, el matrimonio inglés que ganó el concurso nunca recibió el premio, a pesar de que reclamaron de forma constante para obtener la vivienda, valorada en 248.000 euros.
El sorteo tuvo lugar el 28 de abril de 2006 ante el notario de Marbella Miguel Motos; los británicos no cabían en sí de gozo. A los pocos días se realizó laentrega simbólica de las llaves del apartamento en el piso piloto de la urbanización, con una espectacular puesta en escena y en medio de una celebración por todo lo alto. A la fiesta acudieron incluso algunos medios de prensa escrita.
Sin embargo, el tiempo pasó sin que a la pareja se le entregase el apartamento. El retraso en otorgar el premio se atribuyó inicialmente a la falta de licencia de primera ocupación. Pero poco tiempo después se supo la verdadera razón por la que no se cumplía con la prometida entrega del apartamento: la empresa propietaria del mismo, Arenal Sur 21 S.A., a la sazón compañía del Grupo Arenal 2000, fue adquirida por Cajasur a través de su participada Prienesur al poco tiempo de estallar la ‘Operación Malaya’; y, con ella, la promoción donde estaba la vivienda en cuestión.
Cajasur negó que el sorteo le vinculara con el nuevo titular de la vivienda. Ahora, un juez ha resuelto lo contrario y los Sres. Windle, que ya daban la batalla por perdida, no pueden creer su suerte. El juzgado obliga a Arenal 2000 y Andalucian Dream Homes a cumplir con el compromiso asumido, entregando la vivienda a los ganadores del sorteo, y les condena a pagar las costas del juicio. Y como la vivienda ya había sido vendida a una tercera persona, tendrán que abonar el importe de la misma. Lo dicho. Malos tiempos para Sandokán.