El empresario irlandés Darragh MacAnthony, dueño de una inmobiliaria bautizada con su apellido, ha sido imputado por el juzgado número 4 de Marbella (Málaga) por estafa y apropiación indebida. 40 de sus clientes de la oficina que tenía abierta en Marbella, y que ocupaba la sede del famoso Club Financiero, le acusan de quedarse con 600.000 euros que le adelantaron para unos muebles que nunca recibieron.
MacAnthony alegó el miércoles en los juzgados que no se apropió de ese dinero y que fue la empresa intermediaria quien falló en el negocio, según el abogado de los querellantes. El empresario, conocido en Inglaterra por ser el dueño del equipo de fútbol Peterbouroug, es una de las seis personas contra la que se han querellado los clientes de la inmobiliaria. Cinco de los implicados ya han declarado ante la juez Beatriz Fernández.
Según los abogados, los querellados reconocen haber recibido el dinero, pero también aseguran que se lo transfirieron a la empresa proveedora de los muebles. “Se comprometieron con la juez a entregar la documentación que lo acredita”, explicó el letrado Luis González. Los abogados recelan de que el empresario defienda que no cobró “ninguna comisión” por intermediar en la venta de los muebles, ya que alega que transfirió el 100% del dinero.
Los afectados de la supuesta estafa, todos británicos e irlandeses, entregaron entre 10.000 y 15.000 euros para unos muebles que pensaban instalar en las viviendas que la inmobiliaria comercializaba en países como Turquía, Bulgaria, Cabo Verde o Italia. Firmaron sus contratos entre 2005 y 2010, año en el que la empresa cerró su sede en Marbella.
Los querellantes denuncian que han dejado sin bienes a la sociedad y se ha orquestado un traslado a una “oficina fantasma” de Madrid, que supuestamente administra un hombre de 90 años con domicilio en Perú y sin ninguna actividad conocida.