Pese a las muchas horas de vuelo acumuladas en el cuerpo y los 3.000 euros gastados en los billetes de avión para él y su mujer, John Andrews no perdía ayer la sonrisa cuando se le preguntaba por qué había decidido volar desde Tailandia, donde reside, hasta Marbella. «Quiero recuperar los 30.000 euros que me han estafado», comentaba a las puertas de los juzgados de la ciudad donde, junto a casi medio centenar de afectados, protagonizaba una pacífica concentración.
Puente aéreo contra la estafa
January 26th, 2012
Story by MÓNICA PÉREZ | Diario Sur
Todos acababan de aterrizar procedentes de sus ciudades de origen. La mayoría son británicos e irlandeses que un día decidieron confiar en la oferta que la empresa inmobiliaria MacAnthony les puso sobre la mesa: muebles para sus nuevas viviendas (adquiridas también a través de la misma firma) a precios ventajosos. El sistema parecía sencillo. El cliente adelantaba el dinero y MacAnthony actuaba de intermediario con empresas de muebles radicadas en Bulgaria y Turquía, principalmente. Los problemas comenzaron cuando, pasado el tiempo, el mobiliario no llegaba. Y el dinero adelantado tampoco aparecía.
«Cuando llamé para quejarme, la empresa me amenazó con quitarme la casa y me exigió que le pidiera disculpas», comentó John Andrews, que pretendía amueblar su nueva casa en Cabo Verde. En Marruecos puso sus ojos Michel Norcup, inglesa. Allí compró una vivienda que MacAnthony debía amueblarle por 40.000 euros. «La táctica que empleaban era presionarte para que compraras los muebles antes incluso de que terminaran las obras de la vivienda. Así cogían el dinero cuanto antes», afirma.
El negocio de Darragh
Los afectados ratificaron ayer en el Juzgado de Instrucción número 4 de la localidad la querella presentada por estafa y apropiación indebida contra el propietario de la empresa, Darragh MacAnthony, y otros exdirectivos a los que confiaron la compra de muebles para viviendas ubicadas en diversas partes del mundo como Turquía, Bulgaria, Cabo Verde, Italia, Francia, y Marruecos, donde la inmobiliaria tenía presencia.
Los afectados les acusan de quedarse con entre 500.000 y 600.000 euros de las cantidades que dieron a cuenta -unos 15.000 euros por cabeza-. Según explicó uno de los abogados del caso, Antonio Flores, la mayor parte de estas transacciones se llevaron a cabo en la sede que MacAnthony estableció en Marbella, en concreto, en las instalaciones que el alcalde Jesús Gil utilizó en su día como Club Financiero. Los querellantes aseguran que los responsables de la inmobiliaria han dejado sin bienes a la sociedad, y han cambiado su domicilio social a una ‘oficina fantasma’ en Madrid de la que figura como administrador un hombre de 90 años sin actividad conocida.
Darragh MacAnthony es actualmente propietario de un club de fútbol de la Primera División Inglesa, el Peterborough United, y en agosto pasado puso en marcha un nuevo proyecto consistente en financiar nueva ideas empresariales rechazadas previamente por entidades bancarias.